miércoles, 10 de noviembre de 2010

Te echo de menos...

Casi cada día, regreso temblorosa a la realidad.

Despierto de sueños, la mayoría de las veces, no muy gratos, para descubrir una realidad similar.
Me obligo a seguir mi rutina, casi ya aceptada, pero también odiada.
Veo el día pasar tras un velo de distancia, como si nada fuese conmigo, como si yo no estuviese ahí.
Al menos, las penas se muestran distantes. Al igual que las alegrías.
El tiempo, simplemente pasa, discreto, pero a la vez constante e imparable.
Acaba el día, y regreso donde siempre, viniendo de donde casi siempre: un lugar en el que no quise estar, pero al que casi inevitablemente voy a regresar.
Me derrumbo, intento descansar.
Y acompañado por la tranquilidad, también intento olvidar.
Y es entonces cuando te busco y, por suerte, casi siempre te encuentro.
Y al sentirte en la distancia, sonrío, casi cada día, por primera vez al escribirte...
Te echo de menos...

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